Siempre nos hemos referido a los niños como "los ciudadanos del futuro", nos esforzamos por dejarles "un mundo mejor", viéndolos todo el tiempo como en "preparación para". Como el futuro médico, abogado, arquitecto, empresario; pero eso sí, lo que llegue a ser, ante todo deberá ser feliz, deberá ser un hombre o mujer de bien, un buen ciudadano. "Cuando sea grande, cuando acabe la carrera, cuando se case, cuando siente cabeza".
¿Y ahora? ¿a sus 4 años? "Está chiquito, no puede decidir, debemos protegerlo..." A sus 12 años, "Es menor de edad, todavía no tiene juicio, hay que orientarlo, debe escuchar a sus mayores", etcétera.
Esto nos lleva -quizás inconscientemente- a la tremenda falta de olvidarlo como parte del presente, a verlo como lo que es hoy, a no confiar en sus capacidades como ciudadanos activos y participativos. "En la misma medida en que el mundo adulto no percibe a los menores comos ciudadanos de hecho y de derecho, tampoco los niños se autoperciben así".
Tonucci lo expresa de esta forma:
"El niño vive hoy una condición muy delicada y preocupante. Cada vez más extraño, es hipervalorado, mimado, protegido, y por ello cada vez más separado, marginado del mundo de los adultos. Por lo común el niño es llamado "menor", y así lo definen las leyes, los discursos de los técnicos y de los políticos, los programas de los partidos políticos... El niño es "menor" siempre, por definición. Esto significa que no se le reconoce un derecho fundamental, el derecho al presente, al hoy. El niño vale por lo que será, por lo que llegará a ser, no por lo que es; sólo tiene derecho al futuro. Es el futuro ciudadano, no un ciudadano. La carrera escolar es un precisa confirmación de esta actitud: cada nivel escolar es preparatorio del siguiente, cada docente está preocupado por el hecho de que los alumnos estén preparados para las exigencias del siguiente nivel... La escuela prepara para el mañana, prepara para la escuela, a pesar de las leyes, a pesar de las teorías. En cambio, no prepara para el hoy, para la vida, y no atesora el pasado." (Francesco Tonucci, 1996. La ciudad de los niños.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario