miércoles, 30 de enero de 2008

¿Quién es Francisco Hinojosa?

Nació en México , estudio Lengua y literatura en la UNAM, es poeta, narrador, traductor y editor. Su obra ha sido publicada en México y en el extranjero, es autor de cuentos infantiles y es un promotor de la lectura a través de conferencias a maestros y a padres de familia.
Puede presumir no sólo de haber formado miles de lectores, que desde pequeños han seguido su obra, sino de seguir emocionándolos hasta el punto de que vuelven a comprar sus libros para leerlos a algún sobrino o hermano pequeño.
Algunos de sus libros: Agolpe de calcetín, cuando los ratones se daban la gran vida, Buscalacranes, La peor señora del mundo y Ana ¿Verdad?
Durante estas semanas hemos leído algunos de sus libros...

Nancy te recomienda:
Ana, ¿Verdad?
Autor: Francisco Hinojosa
Ilustrador: Juan Gedovius

Editorial: Alfaguara
“ Ana iba a la panadería, pero no se fijo y se siguió, choco con unas señora que le dijo: “¿qué haces aquí por que no traes tu impermeable verde?” Y se la llevo a su casa con sus hijos, todo era verde y cuando fue a la escuela la maestra le dijo que no se podía llamar Ana, se salió corriendo y se puso a comer en la calle y unos policías la detuvieron y la llevaron de nuevo con la señora que le dijo que fuera a la panadería y ella en lugar de ir , se paso y dijo: “ya no voy a regresar con esa señora tan mala” y se fue a su casa cuando llegó su mama le preguntó: “¿dónde andabas, que estabas haciendo ?” Y ella le dijo: “fui a la panadería.. Puedes decir mi nombre otra vez, Ana ¿Verdad?”. Yo lo recomiendo por que me gustaron los dibujos y me hizo reír y hay muchos nombres raros de las cosas, por que todo lo decían inventado, como a las sombrillas que le decían paragotas.


sábado, 26 de enero de 2008

Los sentidos: canales efectivos para el aprendizaje




“No hay nada en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos”
Aristóteles





Como seres humanos poseemos instrumentos que nos han sido proporcionados por la naturaleza para integrarnos al mundo. Estamos dotados por mecanismos fisiológicos para percibir la realidad. Las distintas apreciaciones sensoriales nos llegan a través de lo que conocemos como: “los 5 sentidos”; por medio de ellos nos llega información valiosa a nuestro cerebro que es útil para la vida.


Los 5 sentidos sirven para generar un aprendizaje significativo, como bien decía Rousseau: “El niño aprende por medio de la experiencia”. En muchas ocasiones cuando queremos que el niño aprenda, generalmente nos apoyamos de un sólo sentido cuando podemos utilizar varios a la vez. Esta última idea se esta empleando con más frecuencia en diversos museos que promueven que los niños y las niñas experimenten de forma multisensorial; pretenden encender en ellos la chispa para que se acerquen de manera más espontánea y vayan aprendiendo por medio de sus propias sensaciones; las integren a su ser y les den su propio significado.

sábado, 19 de enero de 2008

Un buen amigo


Un buen amigo es quien siempre está ahí, aunque a veces no parezca, a quién le gusta tu forma de ser, no solo tus virtudes.

María Fernanda (11 años).

jueves, 3 de enero de 2008

LA ESCUELA EMOCIONAL




Mientras Tania de sólo 4 años se intenta divertir con un videojuego su padre le ordena bruscamente ¡Jira la palanca a la izquierda! ¡Jira! ¡Jira!, mientras que su madre llena de frustración, grita ¡A la izquierda! ¡A la izquierda!, enseguida el padre grita ¡Para! ¡Para!.

Tania, incapaz de complacer a su padre y a su madre, tensa la mandíbula y las lágrimas empiezan a nublarle la vista. Las lágrimas empiezan a rodar por las mejillas de Tania, y ni su padre ni su madre dan muestras de darse cuenta o de que eso les importe. Cuando Tania levanta la mano para secarse las lágrimas con su blusa, sus padres le gritan: ¡De acuerdo, sigue jugando!

En esos momentos, los niños concluyen que ni su padre ni su madre, ni nadie se preocupa por sus sentimientos. Momentos como este se repiten infinidad de veces a lo largo de la infancia, inculcan algunos de los mensajes emocionales más fundamentales de toda una vida: lecciones que pueden definir el curso de la misma. La vida en familia es nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional; en esta caldera aprendemos cómo sentirnos con respecto a nosotros mismos y cómo los demás reaccionarán a nuestros sentimientos; a pensar sobre estos sentimientos y qué alternativas tenemos; a interpretar y expresar esperanzas y temores. Esta escuela emocional no sólo opera a través de las cosas que los padres dicen o hacen directamente a los niños, sino también en los modelos que ofrecen para enfrentarse a sus propios sentimientos y a los que se producen entre marido y mujer. Algunos padres son dotados maestros emocionales, otros son desastrosos.

Cientos de estudios muestran que la forma en que los padres tratan a sus hijos, ya sea con una disciplina dura o empática, con indiferencia o cariño, etc., tiene consecuencias profundas y duraderas en la vida emocional del hijo. Las formas en que una pareja lidia con los sentimientos recíprocos, además de sus tratos directos con el niño, imparten poderosas lecciones a los hijos, que son alumnos astutos y sintonizados con los intercambios emocionales más sutiles que se producen en la familia.

Tener padres emocionalmente inteligentes es, en sí mismo, un enorme beneficio para el niño y tal vez no exista una plena inteligencia emocional pero si existe algo más importante que eso, el tener la iniciativa de cultivar nuestra inteligencia emocional para poder aportar siempre cosas positivas.