En los primeros años de la vida no hay maestros, no se usan materiales didácticos y no se hacen programas: entonces, a qué podemos atribuir el mérito de un crecimiento tan importante? Me parece que no tenemos alternativa y sólo podemos atribuirlo a la más significativa actividad de estos primeros años: el juego. Pero, ¿por qué esta actividad infantil tiene un poder tan grande? El niño vive en el juego una experiencia rara en la vida del hombre: la experiencia de enfrentarse por sí solo con la complejidad del mundo; él con toda su curiosidad, con todo lo que sabe y con todo lo que sabe hacer, y con todos sus estímulos, sus novedades, su atractivo. Y jugar significa recortar para sí mismo cada vez un trocito de este mundo: un trocito que comprenderá a un amigo, a objetos, a reglas, un espacio a ocupar, un tiempo para administrar, riesgos a correr.Casi siempre en el recreo de los centros preescolares podemos ver cómo grupos de niños y niñas se reúnen para jugar, con una mirada traviesa y llena de complicidad. A veces me acerco a ellos o ellas y muchas veces me explican su juego, y muchas veces me sorprendo de la complejidad de las reglas que utilizan.
Este espacio está dedicado a dar voz, imagen y presencia a los niños y niñas de México. Queremos compartir nuestra experiencia de aprendizaje al trabajar, conversar, jugar y convivir con la infancia mexicana. Aquí encontrarás algunas de sus ideas, sentimientos, sueños, emociones, ocurrencias y su filosofía sobre la vida.
lunes, 10 de septiembre de 2007
El juego infantil
Me gustan las ideas de Francesco Tonucci, también conocido como Fratto, cuando habla de los niños y las niñas. En su libro La Ciudad de los Niños se pregunta sobre el fantástico desarrollo infantil.
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