lunes, 10 de septiembre de 2007

El juego infantil

Me gustan las ideas de Francesco Tonucci, también conocido como Fratto, cuando habla de los niños y las niñas. En su libro La Ciudad de los Niños se pregunta sobre el fantástico desarrollo infantil.
En los primeros años de la vida no hay maestros, no se usan materiales didácticos y no se hacen programas: entonces, a qué podemos atribuir el mérito de un crecimiento tan importante? Me parece que no tenemos alternativa y sólo podemos atribuirlo a la más significativa actividad de estos primeros años: el juego. Pero, ¿por qué esta actividad infantil tiene un poder tan grande? El niño vive en el juego una experiencia rara en la vida del hombre: la experiencia de enfrentarse por sí solo con la complejidad del mundo; él con toda su curiosidad, con todo lo que sabe y con todo lo que sabe hacer, y con todos sus estímulos, sus novedades, su atractivo. Y jugar significa recortar para sí mismo cada vez un trocito de este mundo: un trocito que comprenderá a un amigo, a objetos, a reglas, un espacio a ocupar, un tiempo para administrar, riesgos a correr.
Casi siempre en el recreo de los centros preescolares podemos ver cómo grupos de niños y niñas se reúnen para jugar, con una mirada traviesa y llena de complicidad. A veces me acerco a ellos o ellas y muchas veces me explican su juego, y muchas veces me sorprendo de la complejidad de las reglas que utilizan.

No hay comentarios: