Yo les comenté que en el libro había una receta de un pastel para enemigos, y entonces empezaron a proponer qué debería tener el pastel:
- Karen: “¡veneno!”
- Roberto: “¡pelos!”
- Luis: “¡una bomba!”
- Eduardo: “¡cemento!”
- Valeria: “¡gusanos!”
- Regina: “¡Insectos!”
- Itzel: “¡calcetines apestosos!”
- Adilene: “¡resistol!”
Al finalizar hablamos de cuál había sido el ingrediente secreto de esa receta y descubrieron que era la parte de pasar todo un día con el enemigo y ser simpático con él.
Hacer el dibujo y la receta del pastel para enemigos les gustó. La mayoría se esmeraron porque quedara delicioso. Aunque no todos quedaron convencidos del método y algunos de ellos entre los ingredientes agregaron un poquito de veneno. (ja!)
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