Aunque no puedo estar de acuerdo con todas su aseveraciones acerca del proceso de aprendizaje de la lectura, sí me atrapó la forma en la que "presenta" a los niños su nombre propio como un inicio en esta aventura. Ella escribe:
"¿Acaso existe alguna oración, palabra, sílaba o fonema que tenga el poder de una llave mágica para entrar al mundo de la lengua escrita? SÍ EXISTE. Esa palabra es el nombre propio de la persona a la que queremos enseñar a leer." (Irena Majchrzak, 2004).
A continuación la presentación de su nombre a María José:
Maestra: "María José, te voy a enseñar cómo se escribe tu nombre..."

Mari Jose complacida repasa las letras mientras lee: "María"

Y ¿por qué no? Ella también quiere escribirlo!

Al hacer espacio para esta interacción individual con cada niño, la maestra crea un vínculo personal que hará sentir al niño bienvenido y seguro de que se le aprecia y reconoce.
Para quien quiera conocer el procedimiento y la propuesta completa:
Majchrzak, I (2004).
Nombrando al mundo: el encuentro con la lengua escrita a partir del nombre propio.
Editorial Paidós.
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